Confieso que después de un fin de año para olvidar y sin muchas expectativas puestas en el 2021 al cual llego con más miedo que ilusión, este 31 por primera vez en más de 20 años , no quise recapitular, ni pensar, ni plantear... no había fuerzas, ni ganas. Pero se ve que soy animal de costumbres y finalizada la primera semana del año, aquí me encuentro, aún con desgana, y debatiéndome entre la razón o el corazón, pero decidida a marcarme unas metas porque como recoge @marianrojasestape en su libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas”: NO EXISTE VIENTO FAVORABLE PARA QUIEN NO SABE ADÓNDE VA.