Un domingo cualquiera de La Merienda a las 5 consiste básicamente en tratar de no hacer nada y disfrutar de la familia.
Generalmente los domingos es el día en que veo a mis padres, vamos a comer con ellos a su casa, y me dejo mimar.
Puedo incluso echar una cabezadita junto a nuestro perro.
A los niños les encanta porque disfrutan en el jardín más que nadie, haga frío o calor, salvo que esté lloviendo, pueden estar horas y horas jugando…
Y es el día que aprovechamos para ponernos guapas.
En fin que nuestro día a día al final no se diferencia en nada de la mayoría de familias. Pero hay veces que en esa normalidad, justo, está lo más interesante de la vida.
Besos